Trabajar con personas muy alejadas geográficamente y con
diferentes experiencias profesionales es algo realmente enriquecedor. Cada
miembro del grupo puede aportar algo importante e interesante, un nuevo punto
de vista, una nueva forma de enfocar las cosas.
Creo que la base para trabajar en equipo es estar motivado y
saber motivar a cada miembro que compone el equipo. Si todos creemos en la
labor/producto que estamos llevando a cabo el trabajo no da trabajo.
Organizar unas jornadas sobre un tema que nos interesa y nos
afecta a cada uno de los miembros del grupo ha hecho con que todas busquemos
propuestas y soluciones de manera natural.
Y basándome en mi experiencia de creación y preparación de
#Creenprofes, mi decálogo sería el siguiente:
1.
Escuchar a cada miembro del grupo, todos tenemos algo
que decir y que aportar para hacer crecer el proyecto.
2.
Aceptar las diferencias y saber responsabilizarse de
las tareas asignadas y también delegar en los otros.
3.
Cultivar un ambiente relajado, eso facilita la
integración de las diferentes maneras de trabajar, facilita el intercambio y
ahuyenta el miedo escénico.
4.
Llegar a un consenso sobre los objetivos que
perseguimos y sobre la manera de conseguirlos. Respetar lo que se ha decidido.
5.
Respetar los plazos, entendiendo contextos de cada
miembro del grupo (horarios, familia, obligaciones, salud, etc.)
6.
Buscar y escoger las herramientas más adecuadas para
conseguir llevar a cabo las tareas asignadas
7.
Escoger los medios de comunicación más eficaces y
adecuados para el grupo y mantener una comunicación constante: deshace
malentendidos, anima a seguir en el proyecto, hace que todos nos sintamos parte
de este y nos acerca como integrantes del grupo.
8.
Confiar en que mi experiencia es útil y puede aportar
puntos de vista y maneras de trabajar diferentes y positivas.
9.
Aceptar las críticas de una manera positiva.
10. Comprometerme
con mi propio trabajo y el del grupo.